Parcial 2 - Tema 3; Administración Científica
Administración científica
La administración científica se ocupa del estudio de las causas y efectos de los problemas que afectan a una organización. Para ello utiliza el conocimiento sistematizado y aplica los métodos científicos como la observación y la medición para mejorar la eficiencia de las organizaciones.
Efectivamente, la administración científica se inicia a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Cuando los cambios que se presentaron sobre todo por el proceso de la Revolución industrial hicieron que los procesos en las empresas cambiaran radicalmente.
Sobre todo, los administradores se dieron cuenta que los conocimientos empíricos de la administración ya no eran suficientes para dar respuestas a los nuevos problemas que se presentaban. Surge entonces la corriente de la administración científica.
Sus principales aportes son:
• Publicó la obra Principios de la Administración Científica en el año de 1911.
• Plantea que la administración debe ser estudiada de manera científica y no empírica.
• Establece la racionalización del trabajo mediante estudios de tiempos y movimientos.
• Pone énfasis en la productividad del trabajo y propone que el trabajador debe ser remunerado en función de su productividad.
• Propone mejores métodos para el desempeño laboral con la aplicación de métodos científicos en el trabajo.
Los principios de la administración científica propuestos por Taylor son:
1. El estudio y organización científica del trabajo
En primer lugar, este principio hace referencia a que los administradores deben reemplazar métodos de trabajo ineficientes, considerando los tiempos, las demoras, los movimientos, las operaciones realizadas y las herramientas utilizadas.
Por lo tanto, este proceso debe ser elaborado por un grupo de especialistas.
Cabe destacar, que este principio está relacionado con el proceso de la planeación, busca cambiar la improvisación por la planificación científica de los métodos de trabajo.
2. Selección y entrenamiento de los trabajadores
En segundo lugar, este principio pretende ubicar al trabajador más adecuado a cada tipo de trabajo. Para ello se deberá tomar en cuenta las capacidades del trabajador y proporcionar condiciones básicas de bienestar en el trabajo.
Es decir, se busca tener los requerimientos mínimos que debe poseer el trabajador para desempeñar una tarea con eficiencia. Esta selección deberá realizarse de forma sistemática, puesto que cuanto mejor preparado se encuentra una persona para realizar una tarea, más productiva será.
3. Acción cooperativa entre directivos y operarios
En tercer lugar, este principio pretende que los intereses de los trabajadores y del empresario sean los mismos. Para lograrlo propone que la remuneración laboral se realice en función de la productividad del obrero. De manera que el trabajador que más produce gane más.
Esto implica que el trabajo y las responsabilidades se dividen de manera similar entre los dirigentes y los obreros. Para conseguirlo se requiere:
• Remuneración por unidad de producción.
• Superiores que capaciten a sus trabajadores en cada área de especialización.
• División del trabajo de dirigentes y obreros.
Así mismo, esto se relaciona con el principio del control porque los superiores deben verificar que la ejecución de las tareas se realice de la mejor forma posible.
4. Responsabilidad y especialización de los superiores en la planificación del trabajo
Desde luego, los superiores realizan el trabajo mental y los obreros el trabajo manual, logrando la división y especialización del trabajo. La división del trabajo permite que las labores se realicen con mayor eficiencia. Se asignan las tareas para que se realicen de forma científica y disciplinada.
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